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sábado, 14 de mayo de 2016

Un negocio entre médicos

Una tarde soleada, el consultorio del doctor Jiménez estaba más lleno que una lata de sardinas, los pacientes lo querían mucho, pues tenían una imagen muy positiva de él, todos endiosaban al doctor, puesto que se portaba muy bien con todos, Jiménez era dueño de una clínica que ofrecía todo tipo de servicios médicos, junto a él laboraban otros profesionales de la salud.

La clínica siempre estaba llena, pero ése día sobrepasó los límites, los pacientes a los que atendían eran personas ricas, los cuales tenían seguros muy caros, poseían todo el dinero del mundo para pagar, por lo tanto, los doctores los trataban en palma de mano.


Pasaban los días y todo seguía de maravilla, una tarde lluviosa Juana llegó a la ciudad con su bebé en brazos, era una mujer muy pobre, vivía en las Caobas un campo ubicado en el sur de República Dominicana. Se preguntarán ¿ Por qué elegiría esta clínica, donde hay tantos hospitales públicos? Es muy sencillo de responder, a Juana como a muchas personas, le vendieron sueños de que el doctor Jiménez era la encarnación de Dios sobre la tierra y que atendía en su clínica a todo tipo de pacientes sin cobrarles un centavo. ( sigamos con el caso).

Cuando Juana llegó llena de ilusión, con su niño muy grave, se dirigió a la recepcionista y le preguntó por el doctor Jiménez, la jovencita le contestó groseramente, mirandola de arriba abajo, Juana se sintió como la persona más humillada en ese momento, pero lo único que quería era salvar a su hijo, por lo que se dirigió a un señor muy fino y elegante, le preguntó por el doctor y efectivamente ese señor era el doctor que iba de salida, a Juana le sorprendió que el médico la miro de los pies a la cabeza y se dirigió a ella con indiferencia preguntándole que si tenía seguro, la mujer lo miró a los ojos diciéndole que no, le explicó el caso de su hijo y que venía de muy lejos, el doctor volvió a mirarla como quien no había escuchado y consultó algo con algunos colegas, Juana se alegró, puesto que pensó que la atenderian, pero el doctor se volvió y nuevamente le dijo: lo siento SI NO TIENE SEGURO, NO PODEMOS AYUDARLA.
El corazón de la pobre mujer se rompió en pedazos, tocó la frente de su hijito y estaba fría como un hielo, la mujer llamó al doctor para que revisara a su hijo urgente: se me muere doctor, se me muere, haga algo....el doctor lo llevó de inmediato a una camilla, lo revisó, pero ya era tarde, el bebé había muerto.

Semanas más tarde Juana fue a un canal televisivo y acusó a la clínica de negligencia, otras personas cuando vieron las noticias se sumaron a ella y decidieron ir al mismo canal , a denunciar, puesto que habían pasado por la misma experiencia, días más tarde todo el personal de la clínica fue arrestado y la misma cerrada, ya que lo que existía en ese lugar era un negocio entre médicos....


Texto: Silvia Vicente.

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